martes, 13 de diciembre de 2011

APRENDER SOBRE LACTANCIA MATERNA: ¿ES NECESARIO?


Hoy vamos a hablar sobre la importancia que tiene aprender sobre lactancia materna.

Noelia, mamá, maestra de Educación Infantil, asesora de lactancia materna en la Asociación Teta e Coliño y socia de El Parto es Nuestro nos habla un poco sobre este tema.

El bebé nace sabiendo mamar. Tiene ese instinto natural, posee los reflejos de búsqueda, succión y deglución. Sabe alimentarse y estimular la producción de leche. Él no tiene dudas sobre cómo funciona todo esto! pero para nosotras las madres, la lactancia es algo mucho más complejo. Se trata de algo cultural, aprendido... y ahí está el meollo del asunto.

Pensemos: ¿cómo se aprende a dar de mamar? desde luego practicando... pero también leyendo, observando y comparando. Y todo esto podemos hacerlo ya desde antes de nacer nuestro bebé. De hecho, eso sería lo ideal.



Alguien podría opinar: claro, pero aprender no debería de ser necesario, después de todo dar teta es algo simple y natural! no hay tanto que saber.

Pues eso es verdad: el bebé pide, su mamá saca la teta, el se engancha, mama un ratito, se suelta, y a otra cosa! Con el tiempo, el niño aprende a comer otras cosas, se va destetando lentamente... hasta que un día él mismo olvida la teta. Y ya está, todos tan felices de nuestra vivencia.

La hermana recién nacida de Teo

Para comenzar, la mayoría de nosotros crecimos sin ser muy conscientes de que las tetas sirven para alimentar bebés. No en balde somos miembros de la "quinta del biberón", con todo el componente sociocultural y económico que eso implica. Un dato que por sí mismo ya nos daría para otra entrada de este blog.

¿Y cuando nos quedamos embarazadas? en esos momentos, puede que ante la típica pregunta de ¿le vas a dar pecho? respondamos sin dudarlo que sí... pero en el fondo no tenemos muy claro cómo será ese proceso de amamantar. No sabemos cómo se pone a un bebé a la teta o que típicas dificultades pueden surgir. Y es muy frecuente que paguemos ese desconocimiento con dolor en los pezones, un bebé que no engorda bien o una mastitis. O varias de ellas a la vez. De ahí que la mayoría de nosotras no nos aventuremos a un sí rotundo, sino que resolvamos la cuestión con el clásico bueno, al menos lo voy a intentar.

Por desgracia, en muchas ocasiones nos encontramos con la sorpresa de que no contamos con ayuda profesional en los primeros momentos de dificultad. El personal sanitario también acusa la falta de cultura del amamantamiento; en muchos casos no está formado en lactancia materna, y en otros, aunque sí cuentan con esa formación en realidad no ha hecho verdadera mella en sus prácticas. Es triste comprobar como algunos pediatras, matronas y auxiliares son los primeros que sienten prejuicios hacia esta forma de alimentación y crianza, y como sus comentarios negativos son muchas veces un factor decisivo para el desistimiento por parte de la madre.

 

un bebé pidiendo teta ya!!!

 
Por otro lado, vivimos rodeadas de mitos sobre lactancia y crianza: en nuestra familia no tenemos leche (o es de mala calidad), los niños no deben estar demasiado en brazos, le hace bien llorar un poco, no debes comer tal alimento porque le pasas gases por la leche, la teta es para los tres primeros meses. 
Todas hemos oído hablar sobre esa conocida que llevó un disgusto y pum! se le fue la leche, o ese papá apurado que tuvo que bajar de madrugada a buscar leche a la farmacia para calmar el hambre del pobre bebé.
Y no faltan los famosos consejos remata-lactancias: no te empeñes que está claro que no tienes leche, dale 10 minutitos de cada lado, no debes darle a demanda pues el estómago tiene que descansar, vete espaciándole las tomas en cuanto puedas... y el fatídico a partir de los 3 ó 4 meses ya no necesitan mamar por la noche.  
En niños más grandes, los comentarios se transforman en: a estas alturas ya no puedes tener leche, este niño ya sólo mama por vicio, le estás haciendo mucho daño, va a ser siempre muy dependiente de ti, y el más curioso de todos: ya verás, como no le vayas quitando ya la teta no vas a poder destetarlo en la vida (¿alguien piensa de verdad que esto último es cierto? pues se escucha mucho).

Todo esto cuando se acumula puede llevarnos a sentir una gran desconfianza en nosotras mismas, a no creer en nuestra capacidad genuina para alimentar de manera libre, cómoda y totalmente satisfactoria a nuestros hijos. Y no ayudan mucho los referentes, pues si nos ponemos a pensar en las lactancias maternas de nuestra familiares, amigas y vecinas, por desgracia encontramos muchos más ejemplos de fracasos que de éxitos. ¿Por qué íbamos a tener nosotras más suerte que ellas?



Por último, algo fundamental: como consecuencia de nuestra sociedad industrializada y consumista, patriarcal y adultocentrista, las madres se ven en la obligación social de volver a ser a toda prisa las mismas de antes. Trabajadoras, delgadas, independientes y como si aquí no hubiera pasado nada. No se contempla la necesidad de vivir el nuevo rol de madre, de construir el vínculo... de permanecer con el bebé el tiempo que necesitemos, de ser responsable de su crianza y amamantarlo a demanda. Ni siquiera está bien visto ofrecerle alimentos de manera gradual y permitir así su destete natural. Sólo un ínfimo porcentaje de madres amamanta de manera exclusiva durante los 6 primeros meses, tal y como recomienda la OMS. Un dato que es reflejo de tantas cosas!
En España en particular vivimos una conciliación mal entendida. Es muy frecuente encontrarse con destetes repentinos a los 3-4 meses porque la madre "sabe" que no se puede dar teta y trabajar al mismo tempo. E incluso lactancias que ya nunca comienzan, porque total no valía la pena, de aquí a nada tenía que volver al trabajo, así que mejor biberón ya desde el principio.

En resumen, las madres lactantes nos enfrentamos a toda una serie de aspectos negativos: a nuestra propia "cultura del biberón", a la falta de ejemplos cercanos, a la escasa ayuda y asesoramiento, a la mala o nula información, a la tendencia a no confiar en nosotras como madres, a los intereses económicos que incentivan la lactancia artificial... y en definitiva, a la presión social para abandonar la lactancia materna cuanto antes.

Con todos estos condicionamientos, puede ser realmente complicado conseguir una lactancia exitosa. Incluso en los casos en los que desde el principio todo va como la seda, con un niño que mama en buena posición y engorda a buen ritmo, pronto comenzamos a poner limitaciones, horarios, sustituir tomas... y ese es el principio del fin, con su correspondiente destete precoz y la justificación de es que me quedé sin leche, es que ya no le llegaba.  
Seguro que todo esto os suena.
 
Cuál es el punto de inflexión, el momento decisivo en que una madre desecha inseguridades, supera los mitos, y su lactancia mejora, o triunfa desde el principio, llegando a ser plenamente satisfactoria? pues cuando esa madre está informada, apoyada y valorada. Cuando conoce el proceso y sus motivos, sabe adelantarse a las posibles dificultades, cuenta con una red social de apoyo incondicional y, en consecuencia, tiene una firme confianza en ella misma y en su bebé, que les lleva a conseguir una hermosa lactancia durante todo el tiempo que ambos desean.

Esto se logra cuando esa madre decidió leer sobre lactancia, encontró el consejo adecuado en el momento justo, contó con el apoyo de su pareja y se rodeó de otras mamás lactantes que están en el mismo momento vital que ella. 

Volviendo al principio de esta reflexión, así es como hoy en día se aprende a dar de mamar. No es cuestión de suerte, sino que está en nuestras manos. Y de esa importante conclusión nacen los Grupos de Apoyo, y también los foros sobre lactancia y crianza, como nuestro querido ELMUNDOBEBÉS.
 

No hay comentarios: